23 de octubre de 2011

Un gran día en Pontevedra, mi segunda media

El día amaneció ventoso y encapotado, con alerta naranja por vientos en el litoral y amarilla por vientos y precipitaciones en tierra. Me levanto a las 7.15 para tomarme el "desayuno de los campeones" compuesto por un café con (poca) leche, 4 tostadas con mermelada y un plátano. El desayunar al menos 3 horas antes de una carrera es una de las cosas que más a rajatabla sigo y que aprendí en la época que leía blogs y foros para aprender a prepararme para una media, y es algo que considero muy importante.

A las 8.45, junto a Marina (mi mujer y "utillera"), recojo a Miguel, un compañero de "equipo", y pongo dirección a Pontevedra, a disputar lo que sería mi segunda Media Maratón que, como dije hace dos días, no las tenía todas conmigo ya que no había hecho una preparación específica. Ya en Pontevedra el ritual de cada carrera, recoger el dorsal, encontrarse con los otros componentes del "equipo" (Nieves y Jose), saludar a algunas caras conocidas (cada día son más), ir a la fotoquedada del foro y, con veinte minutos, calentar.

Fotoquedada del foro CorrerEnGalicia.org. Foto cortesía de Jesús Bernal


En la línea de salida hicieron acto de aparición las primeras lloviznas, que unidas al fuerte viento reinante crearon un clima algo frío. Es por eso que me quedé a cola de pelotón calentando en círculos mientras este daba botes. Por lo tanto salí en las últimas 5-10 posiciones de un pelotón de más de 1200 locos y locas. Esa es una de las cosas que marca el inicio de una carrera, ya que tienes que pasar 2-3 kilómetros a un ritmo muy inferior al habitual sorteando los tapones de gente, lo cual fue especialmente cierto en esta carrera ya que esos kilómetros eran por un sólo carril de la calle y eso complicaba los adelantamientos. Sin embargo es una buena manera de empezar suave y no cebarse al principio, así cubrí los 3 primeros kilómetros en algo más de 15 minutos, un buen ritmo para batir mi marca en la distancia, pero muy lento para intentar acercarme a los 100 minutos.

Tras adelantar a mis compis Nieves y Jose, que venían a hacer 10 km, en el primer paso del puente de los "tirantes" empecé a avivar el ritmo de forma mas seria, aprovechando el perfil perfectamente plano que quedaba hasta el km. 6. Desde ahí venían 2 kilómetros con algunas subidas, pero resultaron ser bastante suaves (o al menos a mi me lo parecieron, aunque claro, tras las carreras de Campañó o Brembrive es difícil que una cuesta en Pontevedra me asuste). El paso por el km 8 lo hice, si no recuerdo mal, en 39:30. Seguía muy lento para los 100, pero había mejorado mucho.

El descenso por la zona antigua de Pontevedra para volver al rio no podía empezar mejor. Al pasar por la zona de soportales el numeroso público aplaudía y animaba, retumbando su aliento por la vetusta piedra de la calle creando un momento que ponía los pelos de punta. Y claro, tu ritmo aumenta sin darte  cuenta. De vuelta al rio, paso el km 10 en 48 minutos. Era hora de hacer balance ya que se acababa la primera vuelta al circuito. Había estado reservando fuerzas y por tanto me encontraba relativamente bien. La lluvia y el viento no me habían perjudicado demasiado, salvo por que llevaba los pies empapados por culpa de los charcos y eso si que era un incordio.

En la segunda vuelta, ya en terreno conocido, empecé más rápido que en la anterior, recuperando bastante tiempo. Sin embargo, en el km.14 tuve un pequeño momento de debilidad. Las piernas me empezaban a arder y el ritmo se iba resintiendo. Por fortuna me sume a un pequeño grupo que iba a buen ritmo y que me sirvió para recuperarme, y cuando nos acercábamos al avituallamiento del Km.15 empezé a apretar. Pero entonces tuve un pequeño problema, se me había desatado la zapatilla izquierda, así que tuve que parar a solucionarlo y luego volver a recuperar el ritmo. En ese proceso perdí unos 30 segundos, ya que los que iban a mi lado me cogieron unos 100 metros de ventaja. Apreté todo lo que podía y el paso por el 16 fue a los 76:20, todavía podía bajar de los 100 minutos si conseguía mantener un ritmo elevado. Lo intenté, en especial a partir del km. 18, donde ya dije que no podía reservar nada. Un nuevo paso por los soportales y otra vez los pelos de punta. El Km 20 en 95:50. Ya tenía asegurada mi MMP, pero tenía que hacer los últimos 1097 metros en 4:10, complicado.

Apreté, empecé a adelantar a mucha gente. A falta de 600 metros veo a Nieves y Jose, ya vestidos de calle, sacando fotos. Quedaba una curva a derechas, otra a izquierdas y a entrar en el estadio de atletismo donde estaba situada la meta. Iba bastante justo de fuerzas, las piernas no me daban para más, pero ahí seguía. Escucho los ánimos de Marina justo antes de entrar en el estadio, un último esfuerzo. Nada más entrar a la pista miro el reloj, 99:05, y me faltaban 300 metros. En ese momento supe que era imposible y las piernas, sin que yo lo pensara, empezaron a perder velocidad. El numeroso grupo que venía a mi estela me empieza a pasar por la recta de contrameta y pierdo un total de 13 posiciones en esos 300 metros. Yo ya iba un poco vendido y al final entro en meta en 100:35. Había bajado casi 4 minutos mi MMP de la Vig-Bay!!! No había conseguido ese objetivo secundario de bajar de los 100 por 35 segundos, los que perdí, más o menos, por el incidente con los cordones de la zapatilla. Trato de recuperar el aliento y una vez en el avituallamiento de meta soy consciente de que había hecho un carrerón.

En el esfuerzo final, a falta de 600 metros. Foto cortesía de José M. Solla.

Reponer fuerzas, intercambiar impresiones, felicitar a todo el mundo, estirar. Esos son los rituales post-carrera. Una vez cumplidos, vuelta a casa a celebrar el que ha sido un gran día (en lo deportivo, no en lo metereológico). Muy muy contento por la carrera de hoy, con un gran tiempo, y con muy buenas sensaciones. A diferencia de la Vig-Bay, no se me hizo tan largo el final. Ahora a pensar en recuperarse un poco y en la Pedestre de Santiago (12 km) de la semana que viene.

Mi valoración (subjetiva) de esta carrera: 8.4
  • Recorrido: 9
  • Organización: 9
  • Ambiente: 9
  • Meteo: 6
  • Sensaciones: 9

4 comentarios:

  1. Mira que lo de los cordones es algo que piensas que nunca sucederá...pero pasa, me pasó a mi en una carrera de 8km, a la altura del km 3 o 4, y fue un martirio, parar, atarte a correprisa, volver a retomar el ritmo rápido...puffff.
    Gran marca!!! a seguir entrenando para mejorar!!! ;)

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  2. jeje, tengo que confesar que me pasó por vago. He cogido la costumbre de no desatar los cordones al quitarme o ponerme las zapatillas (salvo para ponerme el chip) y por eso se me aflojan. Esto me servirá para aprender ;)

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  3. Hola campeón;
    Te acuerdas que hace poco te comentaba que yo empecé a correr hace unos pocos años desde cero, pero que me veía floja?
    Hoy he conseguido un reto que jamás hubiera imaginado. Me he estrenado en el mundo de las carreras a lo grande, Untra trail en Zaragoza, carrera del Ebro, 30 km. Obviamente no he hecho una marca de campeones, pero he completado la carrera y bastante entera, que no es poco. Duríiisimo, pero soy tan cabezuda...
    Un abrazo!!

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    1. Hola!
      Pues si que entras por la puerta grande! Eso suena muy bien (y eso que yo soy un "rajao" en cuanto a los trails) y desde luego ese es el objetivo: acabar con ganas de más. Enhorabuena, de corazón, por que ahora serás consciente que hay muchas metas que puedes alcanzar simplemente si te lo propones!
      Un abrazo muy grande y pensar en la siguiente.

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